Podemos aseverar que de casta le viene al galgo, pues Fernando López Marcos, padre de nuestro querido artista visual y codescubridor de las cuevas de Tito Bustillo, sin duda trasmitió a su hijo el aprecio por las formas artísticas primigenias, con toda su capacidad mágica, simbólica y utilitaria, así como el respeto y el conocimiento de las culturas primitivas. El arte rupestre, ya entonces, sustituye a cualquier creencia religiosa y el ser humano como intermediario, reflexiona sobre su cuerpo accionando en rituales y creando un canal de comunicación de signos, a través del propio cuerpo, conformando un lenguaje claro y apto para todos.
Como comisario me veo en la imposibilidad de encontrar las palabras necesarias para realizar una crítica que esté a la altura de su categoría profesional y personal. Creo que en todas las decisiones que tomamos hay una causalidad inefable de fondo, aunque no seamos siempre plenamente conscientes de las motivaciones más profundas que nos mueven. En mi caso, nuestra vínculo artístico comienza un viernes 13 de febrero de 2003 con la acción “Este es nuestro punto de apoyo (Colectivo Sex Inc.)”, dentro del proyecto artístico “+ Arte/ ¿Que ye que no?”, Espacio de Arte Alternativo a la 22º Feria de Arte Contemporáneo ARCO 03, promocionado por el Excelentísimo Ayuntamiento de Oviedo y promovido por el Centro de Arte Dasto.
Unos años más tarde, siendo director de la Feria de Arte Contemporáneo del Principado de Asturias, ARTEOVIEDO (2011-2021), le propuse en las 10 ediciones la ejecución de una obra de acción con importante visibilidad, en la inauguración de cada una de ellas.
Asimismo, dentro del proyecto de la galería de arte online ACTUALARTE (2013-2022), con motivo de la participación en la Noche Blanca de Oviedo, vuelvo a solicitar su participación en cada una de las siete propuestas que presento al Excelentísimo Ayuntamiento de Oviedo (2015-2021).